Detrás de este proyecto estamos dos hermanas, Blanca y María. Ambas hemos nacido y crecido en Barcelona y siempre hemos estado muy unidas. Pese a que yo vivo en Los Ángeles y Blanca sigue en nuestra ciudad natal, la distancia entre nosotras es solo física.
Decidimos embarcarnos en este proyecto porque queríamos que nuestra pasión por la joyería siguiera uniéndonos más allá de la distancia.
Honnest empezaba a cobrar vida un año y medio después de trasladarme a EEUU. En 2018 dejé familia, amigos, casa y trabajo para apoyar y acompañar a mi marido en una nueva etapa profesional. Y por primera vez en mi vida, simplemente paré. Paré del todo. Este parón, excitante al principio por la aventura que suponía se convirtió en miedo. Miedo a no tener una rutina, miedo a no tener fechas de inicio y final definidas, miedo a no saber.
Me di cuenta de lo mucho que me había olvidado a mi misma. No sabía lo que realmente me movía ni cuales eran mis metas. No sabía quién era ni quién quería ser.
En lugar de buscar formas de ocupar mi tiempo, decidí usar esta pausa para redescubrirme. Reflexioné sobre lo que me hacía feliz y lo que realmente me llenaba. Trabajé con la ayuda de un coach, la meditación, el yoga, la lectura, y la nutrición… Dejé de buscar un pico que alcanzar para explicar a los demás, y profundizar en estas prácticas como mi objetivo principal. Convirtiéndose este en el viaje más gratificante de mi vida.
Mientras yo trabajaba en mi propio autodescubrimiento, mi hermana Blanca a su vez experimentaba el cambio más importante de su vida: se había convertido en mamá. Una aventura increíble pero que suponía un cambio de vida de 360º. A partir de ahora su hijo pasaba a estar por encima de todo. Blanca sabía que ser una madre increíble pasaba también por no perderse de vista a ella misma ni sus propósitos. Sabía que aunque los momentos que podía dedicarse a sí misma iban a ser pocos y preciados, tenía que aprovecharlos al máximo. Tenía que encontrar formas para recordarse la importancia de dedicar tiempo a sus metas.
Durante una de nuestras llamadas telefónicas, nos dimos cuenta de que, aunque nuestras vidas eran completamente distintas, había una cosa que tenían en común. El esforzarnos por lograr una conexión más profunda con nosotras mismas, entre nosotras y con nuestra comunidad.
Honnest no tiene el objetivo de ser un producto de lujo, sino un producto de calidad. No se trata de estatus, sino de la expresión de amor hacia nosotros mismos y hacia quienes nos rodean. Honnest es una oportunidad para renovar nuestro enfoque hacia lo que queremos para nosotros mismos, la armonía y las relaciones significativas. Se trata de nutrir el amor dentro de nosotros para que se propague a nuestro alrededor.
Honnest representa nuevos desafíos.
Honest representa el nido, la familia. Hoy Blanca es madre de dos y yo también. Al igual que nuestras familias crecen, esperemos que la de Honnest, también.
María, Co-fundadora